Click acá para ir directamente al contenido

“Esas cosas no son de niñ@s”: ¿Cómo criar con igualdad de género?

  • Viernes 6 de marzo de 2020
  • 18:09 hrs
  • Autor: Wendy Lucena
Fotos: (Bárbara Ramos)

Fotos: (Bárbara Ramos)

Hoy a propósito del Día Internacional de la Mujer quisimos compartir con ustedes el desafío de la crianza desde la igualdad de género.

Ser madre o padre no viene con un manual de instrucciones y es, sin duda, una gran responsabilidad.

Si damos una mirada entre nuestros recuerdos de la niñez, quizás nos vengan a la mente frases o comportamiento en nuestros hogares, que hoy en día estamos repitiendo: sea bueno o malo.

Hoy a propósito del Día Internacional de la Mujer conversamos con Rosario Spencer, psicóloga, especialista en salud mental infanto-juvenil y profesora en la Facultad de Psicología de la Universidad de Talca, quien plantea aspectos a reflexionar sobre la crianza desde la igualdad.

Aprenden con el ejemplo

Los niños absorben como una esponja de los ejemplos que ven en los adultos, y por ello el discurso debe ir acompañado de las acciones.

Si bien, no hay una receta a seguir, un paso inicial es revisar si nuestras prácticas y nuestros discursos van de la mano o van por distintos caminos.

“Tratar de ver dentro del día en todas las cosas que hice con mi hijo/hija  hay algo que a lo mejor lo hice desde una idea machista o desde la diferencia de género. Ejemplo: Si mi hija hubiese sido niño, hubiese hecho lo mismo o no”, explica la especialista.

El diario vivir en los hogares, el trato entre las familias y los roles que cumplen los padres y/o madres, es un aspecto esencial. A su juicio, hay hábitos cotidianos que apuntan al respeto y convivencia igualitaria.

“Si yo estoy en una casa en la que mi papá nunca lavó un plato, porque eso no era tarea de hombres. Es difícil que un niñito vaya a hacerlo, porque: si mi papá no lo hace porque lo tengo que hacer yo”, plantea.

Corregir desde temprana edad

Los niños no tiene prejuicios, pero si están expuestos a diario a la desigualdad: en la televisión, entre los adultos que los crían, e incluso en algunas publicidades de juguetes.

Así, se hace necesario, realizar acciones que puedan ayudar a conocer los pensamientos del niño o niña y reflexionar al respecto, asegura la experta.

“Por ejemplo, si uno les está leyendo un cuento de caperucita roja, a lo mejor, preguntarle qué creen ustedes que hubiera pasado si la caperucita fuera un hombre, un niñito. Y si responde : con un niño no hubiera pasado porque las mujeres son débiles, el niño le hubiera pegado al lobo. Eso nos permite conocer lo que el niño piensa y cree para poder ir ayudándolo a corregir”, ejemplifica.

Agregó que, “si un niño pequeño cree que las mujeres son más débiles que los hombres no es porque ese niño sea machista, sino porque son discursos que les han llegado y como adultos tenemos que tratar de corregir”.

 

Las cosas, no son “cosas de niñas”

La crianza desde la igualdad representa un gran desafío contra los prejuicios de los padres, quienes deben enfocarse en cómo ayudar a los hijos a desarrollar todos sus talentos, habilidades, emociones y conocimientos, detalla la psicóloga.

“Dar el salto y pasar de esa barrera de “cosas de niñitos o niñitas”, tratar de ir más allá de eso. Dar el salto, y pensar que esas son “cosas de personas”. En el fondo, no coartamos el desarrollo pensando en que hay cosas más propias de un sexo o del otro”, comentó.

Para un niño, según describe, el aprender a reconocer sus emociones, nombrarlas y expresarlas es una habilidad que va a fortalecer su salud mental. Asimismo, que para una niña ser más competitiva, que le gusta hacer cosas físicas y desarrollar su destreza también es algo que le va a ayudar en su vida en general.

“A los niños les regalan muchos más juegos que potencia la motricidad física, la motricidad gruesa. Es difícil que a una niña le regalen una pelota de fútbol por ejemplo, probablemente le van a regalar muñecas. Los papás pueden decir, pero es que mi hija me pide una muñeca. Sí, pero capaz ni siquiera conoce qué otra cosa podría jugar”, enfatiza.

Micromachismos

“Pegas como niña”, “Esas cosas no son de niña”, “No seas mina”, son típicas frases que se pueden escuchar entre los padres y menores.

Lo riesgoso de los micromachismos, según detalla Spencer, es que justamente como son “micros” son más invisibles. “Al ser más invisible es más difícil detectarlo y desde ahí modificarlo”, asegura.

Avanzar en la erradicación de este lenguaje, gestos y/o acciones, inicia con un trabajo de observación, luego de hacernos conscientes de lo que decimos o hacemos, discutirlo con otra persona, y finalmente repudiar.

“Es importante reflexionar lo que uno está haciendo como papá y mamá no hacerlo en automático, no pensar que porque yo tengo un hijo esto va a hacer como instintivo casi el que yo sepa cómo hacerlo. Decirle, a lo mejor a tu pareja, eso que hiciste el otro día de decirlo tal cosa a nuestra hija no me parece”, explica.

El respeto es transversal

La enseñanza de respeto a los niños y niñas, no debe aplicarse al hecho de “porque es mujer”, sino porque es persona, asegura la psicóloga.

“Hay que enseñarle a respetar a todos, independiente del género, sexo, raza, origen social o religión. El respeto por la diversidad es lo básico, y en consecuencia que seamos mujeres u hombres viene por añadidura. Distinto es en una persona que ya tiene una concepción machista que hay que nivelar y que focalizarse en el respeto a la mujer”, asegura.

Como ejemplo, la experta recuerda a un niño en una reciente consulta, quien le preguntó: ¿Por qué existía el Día de la Mujer y no existe el Día del Hombre?

“La explicación tiene que ser algo comprensible para los niños, pero enfocado justamente en que durante mucho tiempo ha habido muchas desigualdades y la posición de la mujer ha sido bastante más precaria que la del hombre. Porque para un niño que no tiene idea de estas cosas, hay que explicar para que los niños puedan entender a qué se debe este”, detalló.

La invitación es a conocer y comunicarse con los niños y niñas, para empezar a responder desde las necesidades de ellos y no desde la visión de prejuicio que se pueda tener como  adulto.

“Si un niño crece sintiéndose respetado, sintiéndose igual de valioso que otras personas, para ese niño va a ser más fácil respetar a otro y validar a las distintas personas”, dijo.

Un futuro igualitario

Años atrás era casi un mito hablar sobre violencia contra la mujer, violaciones, las ofensas, los maltratos y la desigualdad. Hoy existe un despertar y una búsqueda de aprender mayor. La esperanza está puesta en el mañana, en niños y niñas que construyan un futuro igualitario.